La resonancia magnética es el procedimiento que permite ver mejor los tejidos blandos, es decir, todos los componentes de la columna vertebral que no son el uso, como el disco intervertebral, la médula espinal, las raíces nerviosas. Aunque también permite ver el uso, éste se ve mejor que un TAC.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la resonancia magnética (RM) no es tan fiable como se consideraba en el diagnósticos de las enfermedades de espalda: la misma imagen era interpretada de manera diferente por médicos diferentes, o incluso por el mismo médico en momentos diferentes.

Por otra parte, diferentes estudios han demostrado que en una resonancia magnética lumbar, hasta el 30% de las personas sanas y sin dolor muestran hernias discales, y el 70% protrusiones, y que a partir de aproximadamente los 40 años prácticamente todos los sujetos sanos muestran signos de degeneración ósea y discal. Y en la columna cervical, los hallazgos son similares: el 87,6% de los sanos sin dolor presentan protrusiones discales; ya los 20 años, los presentan el 73,3% de los hombres y el 78% de las mujeres, y la frecuencia, tamaño y número de protrusiones aumenta con la edad.